Fotos de FAMILIA EN LA PLAYA
Hay recuerdos que no necesitan filtros. Solo un entorno bonito, una luz amable y personas que se quieren. Así son las fotos de familia que busco capturar: imágenes sinceras, alegres y naturales, donde lo más importante no es posar, sino ser uno mismo.

Como fotógrafo de familias en Santa Pola, me encanta trabajar en exteriores, especialmente en la playa, donde los niños pueden correr, jugar y olvidarse de la cámara. Donde el viento en el pelo y la arena en los pies se convierten en parte del retrato. Donde las miradas, los abrazos y las risas fluyen sin esfuerzo. Las fotos de familia en la playa tienen esa magia especial: luz cálida, horizontes abiertos, texturas suaves… Pero para que todo fluya de forma auténtica, hay algo que considero imprescindible: conocernos previamente.
Antes de cada sesión, me gusta hablar con las familias, saber cómo son, qué les gusta hacer juntos, qué tipo de imágenes buscan. Ese pequeño encuentro previo ayuda a generar confianza y, sobre todo, a que los más pequeños lleguen tranquilos y con ganas de pasarlo bien.
También es importante cuidar los detalles. Recomiendo siempre una ropa cómoda, de estilo informal, que refleje vuestra personalidad pero que mantenga cierta coherencia en tonos y estilo entre todos los miembros. No hace falta vestir igual, pero sí acompañarse visualmente. Colores suaves, tejidos naturales, y ante todo, prendas que os permitan moveros con libertad y disfrutar. En cada reportaje de familia en la playa busco capturar la alegría compartida, los gestos espontáneos y la conexión real entre vosotros. Porque las fotos más valiosas no son las perfectas, sino las que os hacen sonreír dentro de unos años al recordar cómo erais, cómo os mirabais y cómo os sentíais juntos.